Por un momento, la Calle de las Pizzas de Miraflores parecía Madrid. Muchos adultos con camisetas de España, caras pintadas u otros distintivos de su selección miraban con detenimiento la gran final de la Eurocopa.
Nadie imaginaba un partido tan disparejo, ni ellos mismos. Por ello, cada gol lo gritaron con todo. Los restaurantes eran un griterío total. Cánticos, goles, los españoles vivían un sueño. Cerveza tras cerveza los hacían más efusivos aún. Al término del partido, el delirio fue total. Así se tomaban fotos y la cámara los filmaba cantando.
Por otro lado, habían pocos italianos que apenas se distinguían en los locales. Obviamente estaban abatidos, perder por goleada una final es doloroso. Lo curioso era que personas de otras nacionalidades hinchaban con ellos, teniendo la camiseta azul de Italia.
Así se vive el fútbol en la Calle de las Pizzas. Más si es un día domingo, el cual la gente aprovecha que está libre y si son turistas en nuestro país con mayor razón. El fútbol es una fiesta en todos lados.
